Los ensayos de caracterización de grupos
funcionales son reacciones químicas simples, en general de buena sensibilidad, que
permiten establecer rápidamente la presencia de un grupo funcional.
Dado que son poco selectivos, muy pocas veces se utiliza un solo ensayo. En general se combinan en una batería de ensayos que pueden orientar hacia un compuesto determinado o un espectro más reducido de compuestos, los cuales pueden investigarse posteriormente, mediante análisis de alta complejidad.
Las principales
ventajas radican en la rapidez, la sensibilidad, la baja complejidad y la
posibilidad de realizar una interpretación por observación directa (siempre
contra un blanco y un control positivo). La principal desventaja que tienen es
que para llevarlos a cabo hay que aislar los tóxicos volátiles previamente, ya que muchos
de estos ensayos se realizan sobre el destilado.
Algunas aplicaciones de estos ensayos
El análisis por cromatografía gaseosa (GC),
por otro lado, requiere un aislamiento menos complejo (método de head space o espacio cabeza), pero
realizar una búsqueda general de tóxicos volátiles por GC puede requerir más de
un cromatógrafo (cada uno con un detector diferente, por ejemplo detector de
ionización de llama (FID) o detector de captura electrónica (ECD). Además,
suele tomar tiempo, ya que las corridas cromatográficas pueden durar entre 30 y
60 minutos.
De cualquier forma, la GC es la única metodología
que les va a permitir identificar con nombre y apellido un solvente volátil.